viernes, 24 de agosto de 2007

El conflicto binacional de la celulosa

BAILANDO POR UNA INVERSIÓN

Los asambleístas de Gualeguaychú, pese a un fallo judicial argentino,siguen realizando cortes y exigiendo el traslado de la planta deBotnia. Mientras tanto, ante la falta de soluciones políticas, losincidentes y la elevación de las tensiones promete volverse algopermanente.

por Víctor L. Bacchetta
Semanario Brecha - Uruguay
24/08/2007

Las duras declaraciones de asambleístas de Gualeguaychú a raíz de laspruebas de la planta de Botnia, emitidas 12 días atrás, reforzadas porla prensa uruguaya con fotos de un mísil de museo y la calificación de"terroristas", sirvieron de base al gobierno uruguayo para enviar unanota diplomática diciéndole a su par argentino que "no está actuandoacorde a sus compromisos asumidos internacionalmente en la luchacontra el terrorismo". Tres días después, la cancillería argentinarechazaba con "indignación" estas alusiones.

Entre una y otra nota, un accidente con un producto tóxico en laplanta de Botnia, el martes 14, incorporó un elemento más a "labatalla". El gobierno argentino pidió explicaciones y el uruguayo tuvoque reaccionar en forma exigente y a la vez comprensiva con la empresapor los obreros afectados, mientras rechazaba denuncias de que lacontaminación había llegado a Gualeguaychú. Cuatro días después, undiario argentino de alcance nacional afirmaba que el accidente deBotnia "mató a nueve obreros".

El domingo último, tras una nueva evaluación del gobierno uruguayo, elcanciller Gargano anunció que no enviará más misivas diplomáticas yque Uruguay responderá a los planteos argentinos "de manera seria ydescartando cualquier agravio". A esa altura del intercambio oficial,que incluyó la insistencia argentina en la relocalización de la plantade Botnia, ya había quedado en evidencia que no hay solución a lavista y que la 'facilitación' española está, si no muerta, congelada.

Pero ese mismo domingo, por primera vez en el conflicto, por orden deun juez, la policía impidió el bloqueo del puente desde Concordia.Entonces el lunes 20, los asambleístas de Gualeguaychú resolvieroncortar la Ruta Nacional 14, llamada la Ruta del mercosur, paralela alrío Uruguay y de intenso tránsito vehicular. Sin incidentes nirepresión policial (que algunos medios de la prensa uruguayaanticiparon), más de 12.000 personas se congregaron a la altura delkilómetro 52 de la ruta y se leyó una proclama con varias exigenciasal gobierno argentino.

Los asambleistas exigen un pronunciamiento sobre la intoxicaciónsufrida por ciudadanos de Gualeguaychú como consecuencia de pruebasrealizadas por Botnia, la sanción de la Ley Nacional de la Madera queprohibe la exportación de materia prima para la producción de celulosay que la Prefectura Nacional impida el arribo de barcos al puerto deBotnia. Y la proclama, luego de reclamar una respuesta urgente alpedido de audiencia hecho a la senadora y candidata a la presidenciaCristina Kirchner, concluyó así: "Señor presidente, ¿dónde está lacausa nacional que nos prometió? Exigimos medidas concretas frente alas reiteradas violaciones del Estatuto del Río Uruguay y el dragadopor parte del Estado uruguayo".

De hecho, Néstor Kirchner ha venido oscilando entre esa promesa y suscompromisos con las empresas forestadoras y de celulosa instaladas enel país, para las cuales el triunfo del movimiento de Gualeguaychúreforzaría la acción de grupos similares surgidos en otras provincias.La Unión de Asambleas Ciudadanas reúne hoy a decenas de asociacionesde vecinos que, como la de Gualeguaychú, nacieron para defender susrecursos y medios de vida frente a grandes proyectos de agroindustriay minería instalados unas décadas atrás. "Contra el saqueo y lacontaminación" es el lema común de este nuevo tipo de organizacionesque objetan los apoyos del gobierno federal y los gobiernosprovinciales a tales inversiones.

El gobernador de Entre Ríos, Jorge Busti, intentó a su vez evitar elcorte en la Ruta 14 y apeló nuevamente a la causa nacional diciendoque esto "no perjudica en nada a Botnia" y "divide a la familiaargentina". Para Busti, es mejor dirigir todas las baterías contraUruguay que responder a los reclamos de los entrerrianos contra losimpactos sociales y ambientales de los monocultivos forestales, desoja y, ahora, de biocombustibles que se han expandido por laprovincia, contaminado tierras, ríos y provocado serios problemas desalud.

Por último el sábado 18 se formalizó la confluencia entre losasambleístas de Gualeguaychú y grupos uruguayos afectados por laforestación y las plantas de celulosa. Muchos de estos gruposconsideran que las decisiones del gobierno de Tabaré Vázquez ignoransu problemática, por lo que buscan sumar fuerzas más allá de fronterasy crear un frente regional en defensa de la vida y los recursosnaturales.

"Por primera vez nos reunimos, desestimando la xenofobia fomentada porlos gobiernos, como así también las acusaciones de terrorismo y lasupuesta peligrosidad", expresaron asambleístas argentinos y delegadosdel grupo Movitdes (Fray Bentos), del movimiento Unamu (Colonia) y deproductores rurales de Soriano presentes el sábado en Arroyo Verde, elpunto de corte de Gualeguaychú.

Algunos asesores del gobierno uruguayo han apostado a que elenfrentamiento pierda fuerza una vez iniciadas las operaciones de laplanta de Botnia y, mientras tanto, sólo "administrar el conflicto."Sin embargo, la falta de alternativas entre los gobiernos y eldesarrollo de los movimientos sociales avisoran un futuro mucho máscomplejo.

Litigios fronterizos en América Latina

Los pleitos fronterizos entre los países latinoamericanos son fruto dela aparición y consolidación de los estados nacionales. Una herenciade las fragmentaciones producidas durante la lucha independentista,las guerras civiles e intervenciones extranjeras posteriores que, enla disputa por las tierras y riquezas de la región, generaron litigiosque persisten hasta hoy y se reavivan cada tanto.

Tales son los casos, por ejemplo, de la disputa argentino-chilena porel Canal de Beagle, las secuelas de la Guerra del Pacífico entreChile, Perú y Bolivia (que han recobrado fuerza en las últimas semanasluego que Perú decidiera recurrir a La Haya y Bolivia replanteara susalida al mar), los litigios fronterizos pendientes entre Perú yEcuador, Venezuela con Colombia y Guyana, así como los de Colombia conNicaragua y Guatemala con Belice.

El conflicto entre Uruguay y Argentina puede ser entendido como unanueva generación de este tipo de problemas fronterizos. Algoimpensable algunos años atrás, ya que Uruguay no parecía ser un paísmuy nacionalista. Pero a través de las agresiones y falsedades, lostérminos bélicos y la exacerbación pasional en el enfrentamiento conun enemigo externo, se ha generado un nuevo escenario. Un camino endonde las posibilidades de entendimiento racional y de concesionesmutuas, en vez de abrirse, se cierran y que, a la larga, será muydifícil desandar.

Nada de ello suele ser inocente o escapar al control de los gobiernos.Históricamente, los conflictos externos son un recurso para esconderdebilidades o apagar disputas internas. Un ejemplo cercano, ladecisión de reavivar el conflicto con Chile permitió al frágilgobierno de Alan García obtener la unanimidad del dividido Parlamento peruano.

Si los países no arriban conciente y libremente a acuerdos negociados,los conflictos persisten por encima de mediaciones, facilitaciones eincluso de decisiones de tribunales como el de La Haya, que nodisponen de medios para obligar a los estados a que las cumplan.

No hay comentarios:

Encuentra con Google

Google
 
Web ecologiasocialuruguay.blogspot.com

Buscar en Archivo E.S.U